Donde el mar reposa en calma
después de una ardua tempestad.
Donde el cielo resplandece
y brilla con más intensidad.
Donde las llanuras y montes renacen
para mostrar la anhelada serenidad.
Donde el dócil infante te impregna de bondad
y te muestra su sonrisa al pasar.
Donde el pueril adolescente
te acaricia con su incipiente pensar.
Donde el veterano anciano
te tiende su ruda mano
no exenta de soledad.
Sin duda alguna, hay un lugar
donde nosotros alcanzaremos la felicidad.